Con alegría y nostalgia, hoy Jueves 25 de Junio, recordamos aquel momento glorioso de nuestro SúperDepor cuando se coronó por primera vez Campeón del Fútbol Profesional Colombiano. Y es que como olvidar ese espacio de la historia que en medio de lágrimas, gritos y abrazos por doquier, nos regaló el Deportivo Pasto. Cuando sólo cumplía 8 años en la categoría A, el tricolor ya bordaba la primera estrella en su escudo y nos ponía a todos los pastusos de verdad a celebrar a rabiar y a creer y querer más a lo nuestro, a esta tierra que nos vió nacer, a esta ciudad que padecemos y amamos, al equipo que apoyamos y vivimos.

En ese torneo Apertura 2006 de la Copa Mustang, Pasto había mostrado cierta regularidad, más sin embargo, la clasificación a los cuadrangulares estaba embolatada por unos cuantos resultados negativos en las últimas fechas. Así, el SúperDepor llegaba a la fecha final del todos contra todos con la obligación de ganar en Cartagena y esperar resultados. Y esa sería la primera de una serie de celebraciones pues con autoridad derrotaría al Real 3 a 0 y gracias a otros marcadores, nos metimos entre los ocho.


Cúcuta, Nacional y Millonarios, los rivales a vencer en nuestro cuadrangular. En el papel un grupo complicado, pero Pasto arrancó bien derrotando a los paisas en nuestro estadio por 2 a 1. Primer juego de visita, ante Cúcuta, y con gol de Harnol Palacios, sumábamos 3 puntos más y empezábamos a mandar en el grupo y a soñar. Sin embargo, los de la capital nos detuvieron el vuelo pues apenas pudimos empatar a uno -gol de Carlos Rodas- en casa y en Bogotá con la derrota 2 a 0, la cosa se complicaba y nos obligaba a ganar los dos siguientes juegos. Recibíamos a Cúcuta en casa y con la presión de ganar, el resultado se obtuvo -2 a 0- y ahora si, a buscar nuestra segunda final en Medellín. Allá, el Atanasio Girardot fue testigo de la casta de campeón que el SúperDepor mostró ante Nacional. Con goles de Sacramento, Rodas y Arizala, derrotamos a los verdes y por encima de muchos "grandes" iríamos a disputar el título. El rival, el Cali.

Ansiedad y nervios, eran la constante; y el 21 de Junio a las 8:30 pm, arrancaba la final en Cali. Barahona con atajadas espectaculares; Pasto tranquilo, ordenado, esperando el momento de atacar. Y de ese modo, promediando la segunda mitad, Carlos Villagra nos puso a todos a celebrar pues marcaba para el tricolor y nos acercaba al título. Al borde del infarto cuando se pitó penal a favor del Cali; pero de vuelta a la vida cuando ese balón se perdió por los cielos. Ganamos y ahora sí, a ratificarlo en nuestra casa.


Como seguro les pasó a muchos, la noche previa al partido final, no pude dormir. Con la boleta en mis manos esperaba impaciente la hora del encuentro. Desde las 6 de la mañana en el Estadio, sin importar el calor, las filas, el estar de pie, el moverse de un lado a otro, ingresamos al Libertad alrededor de las 2 de la tarde. Pasaban los minutos y ante un marco precioso la tarde iba cayendo y con ello se aproximaba el pitazo inicial. Cinco de la tarde. Los equipos salían y el corazón empezaba a latir al doble, quizá al triple de lo normal. El himno hoy, se siente más que nunca, llega al alma. Inicia el juego y como era de esperarse, el Cali toma la iniciativa poniéndonos a sufrir más aún. El SúperDepor se comporta bien en el campo, el corazón todavía resiste y el reloj pareciera marchar más lento que de costumbre. A pesar de eso, terminan los 45 iniciales y estamos a otros 45 de ser campeones.



Arranca el segundo tiempo. Si antes había nervios, ahora se multiplican. Pasan 13 minutos y el marcador sigue igual. Minuto 14. Tiro de esquina. Vidal recoge el rebote y con rabia, con fuerza, con el alma, la mete al fondo del arco sur y el grito de Gol se oye en todo Pasto. Cada vez más cerca del sueño, de la gloria. El corazón no da más, pero debe aguantar media hora todavía. 6:54 de la tarde. El central marca el centro de la cancha. Las lágrimas salen desde el alma; yo sólo atino a arrodillarme, a mirar al cielo y agradecer al que está allá arriba. Ya de pie, me abrazo una y otra vez, no se con quien, pero qué importa...el Pasto es Campeón!. Sí, Campeón. Le guste a quien le guste, le duela a quien le duela. El SúperDepor nos ha dado una gran satisfacción, nos ha llenado de orgullo, de pertenencia; y las calles de la ciudad se empiezan a llenar de júbilo, de felicidad, de triunfo.


¡Qué noche la de esa noche!. Gracias a Dios y a la vida por el fútbol, pero sobre todo, gracias por nuestro Deportivo Pasto. Hoy, dos años después, el sentimiento sigue vivo, y esperamos muy pronto, volver a vivir algo así. Nuestro equipo está para grandes cosas, y muy seguramente, en poco tiempo volverá a levantar la copa y volverá a callar las bocas de muchos pusilánimes que aún siendo de esta tierra, siguen apoyando equipos de otros lugares. Qué falta de identidad de toda esa gente, qué falta de pantalones.

Para los hinchas de verdad -en los que me incluyo-, FELICIDADES!. Tenemos un gran equipo, una gran ciudad. Aquí lo tenemos todo y esa primera estrella, sólo es el inicio de la gloriosa historia de nuestro Deportivo Pasto en el fútbol. Por eso hoy, ante la difícil situación que estamos, es hora de ponerse la camiseta del SúperDepor y empezar a trabajar y apoyar con todo. Juntos, saldremos de este mal momento y volveremos a encaminar al SuperDepor por la senda de los triunfos y de la gloria. ¡¡¡Aguante SúperDepor!!!