A petición de Pedro, en la segunda entrega de aquellas huellas de la historia del Deportivo Pasto, tenemos a su casa, el Departamental Libertad. Inaugurado en Noviembre de 1954, es desde entonces el máximo escenario con el que contamos los nariñenses. Desde que Deportivo Pasto inició su participación en la categoría B, que se llamaba Copa Concasa, por allá a mediados de los noventa, la afición pastusa creció y más aún con los buenos resultados obtenidos por nuestro equipo. En 1998, Pasto se coronaría campeón de la Primera B ante un estadio colmado en donde no cabía un alma más. Era evidente que el estadio empezaba a quedarse pequeño. Por eso, los sectores aledaños del mismo, eran tribunas preferenciales para miles de aficionados.


Desde su apertura, no se le metió la mano sino hasta 1999 como preludio de los Juegos Deportivos Nacionales que se realizarían en el 2000. En ese entonces se mejoró la pista atlética, la malla que rodea la cancha y se remodelaron los camerinos. Para la participación del Deportivo Pasto en la primera categoría del fútbol profesional colombiano, se adecuaron en los sectores norte y sur, una serie de tribunas metálicas que ampliaron la capacidad del escenario, que para entonces contaba con más o menos 8000 asientos. Esa primera temporada para Pasto sería excepcional. Cada partido tenía estadio lleno y era epicentro de una gran fiesta que tuvo su clímax cuando Pasto, en su debut, lograba clasificar a la instancia final del campeonato. La iluminación del Estadio fue un hecho también en el año 2000.


En el año 2002, Pasto obtiene el subcampeonato y empiezan una serie de promesas de ampliación del Libertad. Obras que no se cristalizan sino hasta el año 2005 con la construcción de la tribuna norte, ampliación de camerinos, eliminación de la pista atlética, mejoras en el sistema de luz artificial y refuerzo a las tribunas oriental y occidental.

Foto: Luis Fernando Paredes

Foto: Manuel Martínez


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